Obispo
Agustín (siglos VI-VII) fue enviado por el Papa Gregorio Magno a Inglaterra, a la cabeza de un grupo de monjes romanos, a fin de anunciar el Evangelio entre los sajones que acababan de establecerse en la isla, misión que cumplió con gran éxito.
Ordenado Obispo de Cantorbery, Agustín organizó la Iglesia y cristianizó al pueblo, respetando en lo posible sus tradiciones ancestrales.