Evangelista
Lucas, de Antioquia, el «médico amado» que fue el compañero de San Pablo, es también el evangelista que mejor ha expresado la mansedumbre de Cristo y, en los Hechos de los Apóstoles, el cronista de los primeros pasos de la Iglesia después de Pentecostés.
Bajo su pluma de letrado, la Buena Nueva se torna un verdadero cántico de acción de gracias en la alegría y el optimismo.